Dientes rojos, de Jesús Cañadas

 

Sinopsis:

Rebecca Lilienthal, una adolescente berlinesa, ha desparecido del internado en el que reside. Lo único que ha dejado tras de sí es un charco de sangre sobre el que flota un diente arrancado. Lukas Kocaj, un agente recién salido de la academia, será el encargado de encontrarla. Acompañado del inspector Otto Ritter, un policía brutal, racista y desfasado, Kocaj descubrirá cada vez más fragmentos de la vida oculta de Rebecca, de las siniestras fuerzas con las que bailaba y del peligroso juego en el que se ha aventurado. Un juego que ampara los macabros asesinatos de decenas, quizás cientos, de niñas y mujeres.


Ficha:

Título: Dientes rojos.

Autor: Jesús Cañadas..

Prólogo: Elisa McCausland

Editorial: Obscura Editorial.

Portada: David Redondo. 

Número de páginas: 376.




Sobre el autor:

Jesús Cañadas (Cádiz, 1980), escritor, traductor y guionista, es ingeniero técnico en informática, licenciado en Documentación, y tiene un máster en Gestión cultural. En 2003 se trasladó a Italia, donde publicó su primer cuento en la revista Asimov Magazine. Ha colaborado, entre otras, en las antologías Fatasmagoria, Presencia Humana y Obscura. Diez relatos. Su novela de debut, "El baile de los secretos", llegó a ser finalista a mejor novela en la primera edición de los Premios Scifiworld y, tras la publicación de "Los nombres muertos", se le reconoció como uno de los valores emergentes del género fantástico en España.

En 2015 se unió al equipo de guionistas de la serie Vis a Vis y, en 2017, su novela "Las tres muertes de Fermín Salvochea", se impuso como uno de los mejores libros de literatura fantástica de los últimos años. 

A finales de 2021 publicó su última novela: "Dientes rojos". Con ella logró el Premio del Festival 42 a la mejor obra de género de 2022



Reseña:

Hace mucho tiempo que quería leer algo de Jesús Cañadas, autor de "Dientes rojos". En concreto, desde una entrevista que escuché en el podcast de Tryperion sobre su obra y que, desde ese momento, me animó a adentrarme en alguno de sus libros. El último empujón me lo ha dado la propuesta de su lectura en el club de lectura en el que participo.

Sorprende cómo un tipo tan divertido y bromista se ha sacado de la manga algo tan terriblemente duro y oscuro. Leer "Dientes rojos" supone recibir un puñetazo en el estómago cada pocas páginas y por sorprendente que parezca, disfrutar con ello. La obra de Cañadas es un viaje oscuro, deprimente, que nos muestra el peor lado del ser humano y que te acompaña en el descenso a la locura y hacia la oscuridad que poco a poco va anidando en nuestra cabeza a medida que avanzamos en el libro. Es una experiencia dura que se hace difícil de recomendar a cualquier lector pero que, si entras en ella y te engancha, seguramente suponga una sorpresa mayúscula y la disfrutes enormemente.

En primer lugar, habría que resaltar que estamos ante un híbrido entre novela negra, thriller y terror. Tiene dos partes clarísimamente diferenciadas. La inicial y más extensa de las dos, en la que Lukas, un policía novato de ascendencia polaca y apellido impronunciable (aunque nos enseñan a pronunciarlo), se dedica a intentar desentrañar el misterio existente tras la desaparición de una niña. El tándem que forma con su compañero, el inspector Otto Ritter, es de lo más atractivo. El primero, una persona totalmente desnortada por un pasado y presente que se nos va presentando poco a poco sin escatimar en absolutamente nada. El segundo, alguien destruido por un pasado brutal y con una personalidad repulsiva que esconde acciones, pensamientos y comportamientos para los cuales la palabra reprobable se le queda a la altura del tobillo. 

Hablar más de ellos arruinaría parte de lo que nos va a hacer disfrutar el libro. Solo quiero añadir que la construcción de ambos como personajes es fantástica y que Jesús logra transmitir cierta empatía incluso hacia tipos con los que de primeras deberíamos llevarnos las manos a la cabeza una y otra vez.

El libro no cuenta con una gran cantidad de personajes, pero los que van desfilando por sus páginas resultan siempre inquietantes como mínimo. Su descripción, el modo de comportarse, sus relaciones y la oscuridad que desprende alguno de ellos es digna de mención. Además, el autor describe cada situación y cada secundario de una forma muy visual que nos traslada la idea constantemente de qué bien quedaría todo ello en la gran pantalla.

La historia podría pasar por la típica de una novela negra a priori, si no fuese porque "Dientes rojos" esconde tras de si, una cantidad de capas verdaderamente notoria. Una descripción cruda, visceral, oscura y depresiva de Berlín y los berlineses. De una sociedad occidental deshumanizada que odia al diferente y que subyuga a las mujeres con una pátina de violencia y posesividad extremas. Porque la columna central de la historia, por muy terrorífica que se torne, que se torna, no deja de ser las mujeres y la violencia hacia ellas

Cañadas vierte sobre las páginas de su libro monstruos contemporáneos, monstruos pasados y monstruos de nuestro imaginario más surrealista y macabro. Nos empuja desde la novela negra hasta el terror más absoluto. Narra escenas para el recuerdo por su dureza extrema y va tiñendo de negro la historia hasta dejarnos literalmente a oscuras.

Porque la segunda parte del libro, más corta, quizá algo menos inspirada también, tira la llave de la cordura por la ventana y desata cualquier posibilidad en contraposición a lo que en un comienzo era una historia arquetípica. No lo hace de golpe, ya que va construyendo muy poco a poco una realidad que se va intuyendo y que finalmente inunda la obra. 

En definitiva, "Dientes rojos" es una lectura imprescindible pero que, de forma contraria a lo que acabo de aseverar, no puedo recomendar a la ligera. No es un libro para cualquier lector, pero es un libro que colmará las expectativas de quienes estén buscando una lectura que no deje indiferente, que horrorice y enganche a partes iguales. Es un libro que me empuja desde ya a leer prácticamente todo lo que Jesús haya publicado y vaya a publicar. 


Llevo un rato siguiéndola y no sé qué hacer. La chica de la maleta verde pistacho camina despacio; creo que duda entre echar a correr o dejarme pasar. No hace ninguna de las dos cosas. Debe de estar preguntándose qué pasará si se detiene y yo también me detengo. Si echa a correr y yo corro detrás de ella. Es algo que no quiere comprobar, imagino.

                             Lukas.




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