Negorith, de Iván Ledesma

 


Sinopsis:

Lo peor de ver monstruos es que te devuelven la mirada.

Gris tiene una vida normal y corriente hasta que se ve envuelta en un incidente con un demonio que la lleva al borde de la muerte. Con sus extraños poderes recién descubiertos entrará en un mundo secreto de guerras antiguas, entidades invisibles, ángeles y demonios, seres en frascos y puertas a otros universos. Pronto comprenderá que nuestra realidad está comprometida por una amenaza que escapa a los límites de la razón.


Ficha:

Título: Negorith.

Autor: Iván Ledesma..

Editorial: Ediciones El Transbordador.

Portada: Fosc Design. 

Número de páginas: 282.




Sobre el autor:

Iván Ledesma (Barcelona, 1977) es escritor y guionista. Lleva más de veinticinco años dedicado al trabajo creativo para todo tipo de medios: productoras, televisiones, radios, agencias de eventos y editoriales.

Es autor de libros de temática adulta (184 o Negorith) y juvenil e infantil (la saga Diario de Dan, editada en Portugal Brasil y Turquía), así como de novelas gráficas para adultos como La Vampira de Barcelona, galardonada con distintos premios.

Ha compuesto la BSO de capítulos de series de televisión y, además, a lo largo de los años ha compuesto la música y la letra de una docena de discos de diferentes estilos musicales con varias bandas.




Reseña:

Ediciones El Transbordador me ha dado varias de las mejores lecturas desde que comencé a escribir en el blog por lo que sus libros seguirán visitando estas páginas de forma recurrente. En esta ocasión, me adentro en el mundo de Negorith, una obra de Iván Ledesma que ha recibido recientemente la continuación Negorith: Sueños y pesadillas. 

Nos encontramos ante, como dice el propio autor, una fantasía urbana oscura con un estilo muy "pulp" en la que se subvierten los roles del imaginario popular en relación a algunos de sus personajes. Y es que, Ledesma, juega con estos esquemas mentales preconcebidos por todos nosotros en relación a la maldad intrínseca que se les adjudica a los demonios y a la bondad relativa a los ángeles. No es que los intercambie sin más, sino que les otorga una condición humana que siempre implica tonos grises en lugar de negros puros y blancos pulcros. Este detalle en sí mismo, y aunque no hago ascos a la maldad vs bondad tradicional o al arquetipo luz contra oscuridad, siempre me suma enteros a la hora de valorar una lectura. La vida es gris y quienes pululamos por ella somos grises. Me pregunto si de ahí viene el nombre de su protagonista...

Iván crea un worldbuilding interesantísimo en el que no solo ángeles y demonios tienen cabida, ya que nos topamos con seres de ultratumba e incluso un villano de los que se graban a fuego en la memoria que supone ir más allá de lo habitual a la hora de introducir estos personajes. Prefiero dejar al lector su descubrimiento y desarrollo. Baste decir que me parece el auténtico protagonista de Negorith. Todos ellos tienen una personalidad desbordante y claramente definida. Si he de señalar el punto fuerte de la obra de Iván, sin ninguna duda son ellos.

Negorith es la historia de Gris, una chica especial que se ve envuelta en una trama que abarca a todos los tipos de seres citados anteriormente. Lo que la hace especial se va descubriendo poco a poco hasta alcanzar cotas gigantescas en cuanto a la trascendencia de su participación en los acontecimientos narrados. Su encuentro con Abraham (el hombre de la maleta) y con Half, pone patas arribas su vida. Ahí comienza un viaje cuyo principal rasgo es el dinamismo. Siempre está pasando algo en alguna dirección, con algún personaje. No hay tiempo para respirar ya que Iván nos narra Negorith con una velocidad verdaderamente reseñable. Con capítulos muy cortos que alternan la perspectiva alrededor de un elenco de personajes considerable. Ni quiero ni puedo citar a todos, pero como dije antes, cada uno tiene la fuerza y la personalidad suficiente como para enganchar al lector con sus motivaciones y sobre todo, sus diálogos. Directos, arrogantes en muchas ocasiones, fuertes,, atrayentes, misteriosos y, aunque su origen sea bien distinto, muy humanos.

El lenguaje utilizado, siendo una fantasía urbana ubicada en la actualidad, no se anda por las ramas. Facilita la lectura y no suele regodearse en circunloquios. Se lee volando y su estructura invita a "un capítulo más".

Hay que destacar que el concepto que tiene el autor de su mundo, es el de un lugar cargado de situaciones alocadas, a las que sus personajes contribuyen de forma ingente con diálogos de la misma índole. Al principio puedo chocar este tipo de planteamiento oscuro con esa estructura pero a quienes hayan leído novelas con un estilo "pulp", será inevitable pasar por ciertas secciones con una sonrisilla nostálgica en la cara. 

Negorith se lee como novela autoconclusiva. Cierra y lo hace bien, cada arco que abre durante el libro. No obstante, al final nos encontramos con una serie de descripciones sobre los seres que hemos ido encontrando por la obra con el añadido de un par de detalles que abren la trama para esa segunda parte que como dije, ya tenemos entre nosotros. Puedes dejar el mundo de Gris aquí, pero es probable que sabiendo que hay más, no quieras parar tras su última página.

Por último, me gustaría destacar un detalle que ha llamado poderosamente mi atención. Mi bagaje como lector no incluye un recurso que Iván ha empleado en Negorith y que por ello me ha resultado tremendamente fresco y original. No quiero destripar nada, pero me gustaría señalar que el relacionar un mundo de fantasía, realidades alternativas y personajes como los que describe el autor con obras pictóricas conocidas por todos me ha encandilado. 

En definitiva, Negorith es una novela que se bebe, con un estilo directo y un ritmo trepidante. Un mundo que plantea unos personajes inolvidables y del que quieres saber más ya que lo que aquí se muestra parece solo la punta del iceberg. Muy recomendable.


La muerte es fea. Es un tema que no gusta, que duele, incluso a través de una aséptica pantalla de ordenador. Que alguien te sonría con picardía desde una imagen, sabiendo que ahora descansa en un ataúd, en un cementerio, dentro de un nicho, descomponiéndose, es obsceno.

                             Gris.

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