Noctópolis, de David Luna
Sinopsis:
Una y otra vez, cada noche, un hombre despierta en la habitación de su hotel sin saber quién es. Temeroso de encontrarse bajo el influjo del necroloto (la droga que domina voluntades), decide al fin internarse en la megaurbe de neones que lo rodea en busca de respuestas, pues está convencido de que solo en ella, en Noctópolis, la ciudad dentro de la ciudad, desentrañará el misterio. Su periplo lo conducirá hasta un submundo noctámbulo de corrupción y peleas clandestinas, donde el destino le depara un papel fundamental.
Sobre el autor:
David Luna Lorenzo es un escritor de ciencia ficción, terror y fantasía nacido en Toledo. Es autor de varias novelas cortas y relatos premiados, como El Ojo de Dios (Apache Libros 2016), Éxodo (o cómo salvar a la reina (Apache Libros 2016), Ponzoña (Premium Editorial, 2019), Noctópolis (Apache Libros 2019) o Fiebre, relato corto recogido en la antología El Futuro es bosque (Apache Libros 2018). Ha publicado también la bilogía en formato de novela extensa Laberinto Tennen (Ediciones el Transbordador 2016) y Sombras Tennen (Ediciones el Transbordador 2019).
Reseña:
Quien se deje caer por este blog habitualmente, sabrá que David Luna es uno de los autores que más pisan por estos lares. No me quedaba otra tras la lectura de la fantástica Éxodo (o cómo salvar a la reina) que reseñé aquí y que me llevó a descubrir El Ojo de Dios que podéis leer en este otro enlace.
Es el turno ahora de su obra más reciente: Noctópolis. Una novela corta que no alcanza las 140 páginas y que gracias a sus breves capítulos y a su ritmo frenético, me la he bebido en unas pocas sesiones de lectura.
Si algo he aprendido en este tiempo que llevo leyendo a David, es que tiene un gusto especial por presentar la acción y el transcurso de sus novelas de forma muy potente. Uno de los medios de los que se vale para lograrlo es contarlas usando la primera persona, lo que nos permite meternos en la piel del protagonista y empatizar rápidamente con él, además de transmitirnos de forma sencilla qué es lo que siente o piensa en cada momento.
Es muy llamativo cómo salta entre ambientaciones tan distintas como las que ofrecen las tres obras citadas anteriormente y lo hace con éxito en todas ellas. Noctópolis nos presenta un mundo con todos los tintes clásicos del cyberpunk. Una urbe enorme que respira luces de neón por los cuatro costados, ya que además la totalidad de la novela transcurre durante las horas nocturnas.
David no se enreda en largas descripciones, siendo este estilo directo otro de sus sellos. Más bien vamos descubriendo pequeños detalles de esta sociedad y de la ciudad en la que suceden los acontecimientos mediante pequeñas pinceladas aquí y allá. Son pequeñas, pero tremendamente atractivas por lo que dejan entrever: religión, entramado social, zonas de ocio, sustancias estupefacientes o vestimenta son solo algunos ejemplos.
Como reza la sinopsis, un hombre se despierta cada noche en la habitación de su hotel, sin saber quién es, qué hace ahí y por qué no es capaz de recordar ningún momento de su vida durante las horas de Sol. No recuerda de hecho, nada de su pasado, ni tan siquiera su nombre, por lo que se nombra a sí mismo como Goliath (curioso, siendo David el autor).
Sin saber muy bien qué le impulsa, cada noche se lanza a las calles de Noctópolis en busca de respuestas. A medida que vamos pasando las páginas, las respuestas dejan de ser el aire que necesita Goliath para respirar, más bien son el personaje secundario que acompaña a su historia. Una historia que construye cada noche y que va colocando poco a poco las piezas de puzle hacia su objetivo.
Cada capítulo -son realmente breves- nos acerca más a la verdad, pero también a lo que hay en el corazón más oscuro de Noctópolis. Si algo logra David con esta novela es mantener al lector enganchado, ya que una vez que te montas en la embarcación del río de la ciudad de las luces de neón, ya te es imposible bajarte de sus aguas.
Vamos a ir descubriendo que el aspecto imponente del protagonista, esconde algo detrás y que por lo visto, Luna también sabe escribir -y muy bien- escenas de combate.
Diversos personajes secundarios irán saltando entre las páginas de Noctópolis para salpicar la trama con su presencia y contarnos más sobre el mundo nocturno que recorrerá Goliath. Lo más llamativo de ellos es que están anclados a un mismo hilo, que es el que va conduciendo al protagonista a lo largo de la historia desde el inicio hasta el final. No explicaré más de ellos, ya que forman parte intrínseca del descubrimiento que ha de ir haciendo el lector. Únicamente advertir que están bien definidos y que en este caso, sirven de complemento perfecto a la ambientación que se nos presenta.
Hay, esta vez, un aspecto que ha hecho que la novela de David me resulte menos atractiva que otras. Aunque puede que lo que se esconde al final del túnel de esta historia no sea el pilar fundamental de la obra (más bien sería el "viaje" del protagonista por Noctópolis descubriendo sus tripas), sí que considero que estamos ante un thriller que te aboca a un final sorprendente. Creo que ese final puede dejar de ser sorprendente si prestas algo de atención a las pistas que se van ofreciendo a lo largo del libro. Hay una en especial que me hizo hacer clic y que, a partir de la cual, ya supe en qué acabaría todo. No el modo en el que acabaría, pero sí me hizo ver el "pastel". Hubiese preferido no darme cuenta de ello, pero lo hice. Lo que me lleva a pensar que agradecería que las pistas estuviesen menos presentes y que hubiese ciertas cosas más crípticas.
No hay que equivocarse. El final es bueno, tiene sentido, es totalmente fiel a lo que se ha estado contando y no pretende engañar al lector. Además está perfectamente cerrado y explicado, pero me hubiera gustado no verlo venir cuando todavía me faltaba un tercio por leer.
En definitiva, Noctópolis es otra novela más a recomendar de David Luna. Con un mundo más terrenal pero que a la vez nos demuestra que es capaz de moverse como pez en el agua en diferentes estilos y ambientaciones. Próxima parada, Ponzoña, en la que se adentra en la literatura de terror.
¿Quién soy?, me cuestiono. Lo ignoro tanto como ignoro quiénes son esos que se desplazan cual minúsculas luciérnagas por los filamentos de un universo entrecruzado en una suerte de plano cartesiano.
¿Quién soy?, me cuestiono. Lo ignoro tanto como ignoro quiénes son esos que se desplazan cual minúsculas luciérnagas por los filamentos de un universo entrecruzado en una suerte de plano cartesiano.
Goliath.
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