Fundación, de Isaac Asimov (Trilogía de la Fundación)

 


Sinopsis:

Desde hace doce mil años, la humanidad prospera en una galaxia gobernada por el Imperio desde la majestuosa ciudad de Trántor. Todos creen que la estabilidad durará para siempre hasta que Hari Seldon predice, mediante su revolucionaria teoría de la psicohistoria, un futuro de ruina y destrucción. Desterrado al planeta Terminus, Seldon establecerá una colonia con las mentes más brillantes del Imperio, una Fundación que esconde la clave para cambiar el destino de la galaxia.


Ficha:

Título: Fundación.

Autor: Isaac Asimov.

Traducción: Manuel de los Reyes.

Editorial: Nova. 

Portada: Gabriel Börk Stiernström.

Número de páginas: 284.




Sobre el autor:

Isaac Asimov (1920-1992), cuyo verdadero nombre era Isaak Yudovich Ozimov, nació en Petróvichi (Rusia). Fue escritor y profesor de bioquímica en la facultad de medicina de la Universidad de Boston, y es mundialmente reconocido como uno de los grandes maestros de la ciencia-ficción, capaz de combinar de forma magistral los hechos científicos con la ficción.

Su novela Yo, Robot y sus famosas leyes de la robótica han servido de inspiración para incontables novelas, cómics e incluso ha sido llevada varias veces al cine.




Reseña:

Fundación supone el inicio de la trilogía más famosa de Isaac Asimov, llamada "Ciclo de Trántor" o simplemente "Trilogía de la Fundación". Además, forma parte del universo creado por el autor que se extiende a lo largo de una cantidad considerable de novelas y relatos, pudiendo situarla como el tercer volumen del "Ciclo de la Fundación" pero estando ligada a su vez a la saga de los robots. 

Estamos hablando de ciencia ficción con mayúsculas, de uno de los autores que más y mejor han asentado las bases del género. Asimov se acerca a ello desde una perspectiva muy clásica (el libro fue publicado en los años 50) y supone, al igual que "Yo, Robot" una herramienta al servicio totalmente de las reflexiones filosóficas que pretende exponer.

Se nos narra la evolución de la humanidad a lo largo de las décadas tras la caída del Imperio. Una humanidad que ha trascendido más allá de nuestro planeta natal hasta tal punto que este ha caído prácticamente en el olvido. El autor proyecta su visión muchos milenios hacia adelante pero en contraposición con este enorme salto, nos hace ver una y otra vez cómo la humanidad sigue arraigada en ciertas tendencias que han sido cíclicas a lo largo de toda nuestra historia.

Asimov está muy interesado en contarnos de qué forma se pueden mover las grandes masas sociales, de qué forma se pueden controlar e incluso someter. La acción suele brillar por su ausencia ya que cada suceso de proporciones gigantescas (que los hay) no se nos  narra directamente. De este modo, nos cuenta el modo de llegar al desenlace, las reflexiones que se derivan de este proceso y las consecuencias a medio y largo plazo en las que resulta. Es inevitable que esta estructura narrativa, alejada de la acción más directa y centrada en el diálogo entre personajes, resulte en cierto modo cíclica y que suponga cierta desconexión con cada uno de los protagonistas de las diferentes épocas que se nos exponen. Los personajes son herramientas para contarnos algo, pero no se desarrollan ni suponen una motivación en sí mismos más allá de la trascendencia de sus propias acciones. Hari Seldon (responsable del vaticinio que inicia esta historia y quien pretende dirigir la etapa oscura en la que nos veremos envueltos) está en el imaginario de buena parte de los amantes al género, pero no supone en ningún momento un personaje trabajado ni pretende serlo. Es, de nuevo, una herramienta para alcanzar un fin.

Esto, que bien puede ser una descripción de la ciencia ficción más clásica (o dura, como la llaman por ahí aunque no hay una cantidad excesiva de tecnicismos ni de palabras grandilocuentes desde esa perspectiva), puede echar para atrás al lector más habituado a una ciencia ficción más actual en la que el cómo se cuentan las cosas y los personajes toman una mayor importancia. 

No obstante, en lo que a mí respecta, no me ha supuesto un problema en ningún momento. Aunque la novela resulta algo cíclica en su estructura y los personajes no se desarrollan, las ideas que expone y sobre todo cómo hace que reflexiones sobre algunos temas trascendentales, ha colmado mis expectativas sobradamente. 

Asimov nos habla sobre la evitación del uso de la fuerza para someter a los demás. Esta evitación queda especialmente bien representada mediante uno de sus personajes: Salvor Hardin, quien es capaz de superar una de las crisis que se nos exponen mediante el uso de la religión como herramienta colonizadora y para someter a mundos enteros. 

No es menos curioso el uso del comercio y del capitalismo más exacerbado como método de control y de sometimiento que otro de los protagonistas lleva a cabo. La plutocracia y la oligarquía como sistemas políticos hacen acto de presencia, en una especie de confirmación sobre que la historia de la humanidad ha sido y seguirá siendo cíclica. 

Estos y otros temas son de verdad los que fundamentan la obra. Lo hacen apoyándose, eso sí, en una ambientación que nos da pinceladas de los avances que se van produciendo en todos los sentidos pero también de la involución a la que ha quedado sometida la humanidad. Este tema, sobre todo, el de la involución y la ruptura del Imperio humano tal y como se le conoce, no es finalmente el mayor interés para el lector. Asimov quiere exponernos sus ideas y quiere que reflexionemos sobre ellas y a ciencia cierta que lo logra. 

En definitiva, "Fundación" es una obra de ciencia ficción con mayúsculas. Si pensamos en el género como ficción especulativa, no puede haber un mejor exponente para definir este término. Vuelve además a cumplir la máxima de que toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia como bien dijo Arthur C. Clarke. Engancha y deja con ganas de más y aunque no es una lectura actual en su estructura y en el modo de contar lo acontecido, los temas que aborda son de la máxima relevancia hoy y probablemente lo serán siempre. Tendré que leer los otros dos volúmenes para tener una visión más clara del conjunto de la trilogía. "Fundación" me ha dejado bien predispuesto a que esto suceda más pronto que tarde.


La violencia es el último recurso del incompetente.

                            Salvor Hardin.

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