Yo, Robot, de Isaac Asimov

 


Sinopsis:

Publicada por primera vez en 1950, cuando la electrónica digital estaba en su infancia, Yo, Robot resultó ciertamente visionaria y tendría una influencia enorme no solo en toda la ciencia ficción posterior, sino incluso en la propia ciencia ficción de la robótica. Aquí formuló Isaac Asimov por primera vez las tres leyes fundamentales de la robótica, de las que se valdría para plantear interrogantes que se adentran en el campo de la ética y de la psicología: ¿qué diferencia hay entre un robot inteligente y un ser humano?, ¿puede el creador de un robot predecir su comportamiento?, y ¿debe la lógica determinar lo que es mejor para la humanidad?

A través de una serie de historias conectadas entre sí por el personaje de la robopsicóloga Susan Calvin, en las que aparecen todo tipo de máquinas inteligentes -robots que leen el pensamiento, robots que se vuelven locos, robots con sentido del humor o robots políticos-, Asimov inventa unos robots cada vez más perfectos, que llegan a convertirse en un desafío para sus creadores. 

Si bien los relatos admiten una lectura independiente, la modernidad y éxito de este libro se explica por la audacia en la composición y por la aplastante lógica en las reflexiones que aparecen acerca de la robótica. Y, con todo, Yo, robot es uno de los pocos títulos de ciencia ficción que han superado con amplitud el círculo de lectores especialmente aficionados, entre los que a menudo se considera una obra cumbre.


Ficha:

Título: La música del pantano.

Autor: Daria Pietrzak.

Editorial: Obscura Editorial. 

Portada: David Rendo.

Número de páginas: 200.




Sobre el autor:

Isaac Asimov (1920-1992), cuyo verdadero nombre era Isaak Yudovich Ozimov, nació en Petróvichi (Rusia). Fue escritor y profesor de bioquímica en la facultad de medicina de la Universidad de Boston, y es mundialmente reconocido como uno de los grandes maestros de la ciencia-ficción, capaz de combinar de forma magistral los hechos científicos con la ficción.

Su novela Yo, Robot y sus famosas leyes de la robótica han servido de inspiración para incontables novelas, cómics e incluso ha sido llevada varias veces al cine.




Reseña:

Asimov es seguramente uno de los autores de ciencia ficción más afamados. Es reconocido por su saga "Fundación" y todas las obras que giran alrededor de ella, pero sobre todo, el nombre de Asimov va íntimamente ligado a las tres leyes de la robótica que formuló y que se recogen en "Yo, Robot", una novela que hilvana una sucesión de relatos que solo puedo catalogar como imprescindibles para todo amante del género.

Aunque los relatos pueden ser leídos de forma totalmente aislada y resultar plenamente satisfactorios, siguen la evolución del desarrollo de la robótica de forma cronológica dando saltos temporales y de escenarios muy dispares entre ellos. Tienen un eje común: la entrevista que realizan a Susan Calvin, robopsicóloga que ha tenido la ocasión de vivir de primera mano muchos de los cambios trascendentales en esta evolución, así como varios sucesos verdaderamente relevantes.

Yo, Robot habla sobre muchas cosas: qué nos convierte en humanos, la conveniencia de dejar la gestión y futuro de la humanidad en mentes más precisas y artificiales, la religión como elemento para explicar aquello que no podemos, la deshumanización, el miedo a lo desconocido, la exploración espacial, el cuidado de los niños... 

El autor habla de todo esto y más, pero lo hace siempre desde una perspectiva reflexiva que va a exigir al lector una lectura activa, ya que te va a hacer pensar con cada uno de sus relatos sobre diversos temas que están plenamente vigentes en nuestros días (casi 75 años después de escribirlo, ahí es nada) y que además nos hace sentir que bien podríamos ir hacia algunos de los planteamientos o realidades que se nos cuentan.

Existe un debate filosófico constante en las páginas del libro que atrae poderosamente y que a la vez genera ganas de saber mucho más sobre este universo creado por Asimov. Es este debate filosófico el que pone de manifiesto la absoluta vigencia de una obra de ciencia ficción con tanta solera. Obviamente, hay detalles que después de 75 años quedan un tanto descontextualizados, como cuando se habla de superpoblación y se ofrecen números muy por debajo de lo que hoy en día manejamos en Asia. Son detalles menores que no empañan el todo que supone la obra. 

Es bien cierto que Asimov es uno de los padres de la ciencia ficción clásica y con ello, tenemos un tipo de literatura centrada en las ideas que se exponen, en lo que se cuenta por encima del cómo se cuenta y sobre todo de los personajes que lo cuentan. Estos últimos, son generalmente planos y sin demasiada evolución. Son, en definitiva, herramientas al servicio de las reflexiones que nos van planteando. Es un aspecto que puede pesar más o menos dependiendo del lector. En mi caso no me ha pesado en absoluto y entiendo a la perfección este tipo de estructura y de propuesta literaria. La obra es hija de su tiempo en este aspecto.

Con respecto a los relatos, no quiero desgranar cada uno de ellos. Ya cité anteriormente temáticas que nos iremos encontrando en ellos. También señalé que están conectados por la propia evolución de los robots y de la sociedad humana, además de vertebrarse alrededor de la entrevista a Susan Calvin. Como en toda recopilación de relatos, los hay que llegan menos y otros que llegan más, pero en general tienen un nivel altísimo

En definitiva, Yo, Robot es una obra imprescindible del género de la ciencia ficción. Me atrevería a decir que podemos considerarla atemporal y con una vigencia irrefutable. Se lee en un suspiro por su carácter de novela corta y además dividida en relatos. Es, probablemente, una forma fantástica de adentrarse en el universo creado por Asimov


¿De qué sirve decirlo? ¿Creéis acaso que no puedo leer más hondo que la piel superficial de vuestro cerebro? En el fondo no queréis. No soy más que una máquina a la que se ha dado una imitación de vida solo por virtud de la acción positrónica de mi cerebro, lo cual es una invención del hombre. No podéis quedar en ridículo ante mí sin sentiros ofendidos. Esto está grabado en lo profundo de vuestra mente y no puede ser borrado. No puedo dar la solución.

                            Herbie.

Comentarios