Más fría que la guerra, de Fabián Plaza

 



Sinopsis:

Desde 1969, la humanidad ha sufrido, de manera aislada, el ataque de "malosviajes", unas indestructibles criaturas asesinas de otra dimensión. En 1989, el teniente Arturo Crespo, oficial de inteligencia del CESID, es elegido para una misión cuya credibilidad se encuentra a la altura del desprecio que le profesan su jefe y sus compañeros: conseguir que España entre en la Organización de Defensa Alterdimensional, el organismo que vela por la seguridad de los ciudadanos frente a ataques de naturaleza interdimensional.

En un contexto de Guerra Fría, Arturo deberá unir fuerzas con los agentes parafísicos Callahan y Mazur para atajar los cada vez más frecuentes ataques de "malosviajes". 



Ficha:

Título: Más fría que la guerra.

Autor: Fabián Plaza Miranda.

Editorial: Minotauro. 

Portada: Cover Kitchen.

Número de páginas: 304.





Sobre el autor:

Fabián Plaza es abogado especializado en Derecho Informático y escritor. Tiene un posgrado en Estudios Internacionales y es Experto en China Moderna y Relaciones Internacionales, además de haber sido opositor al Cuerpo Diplomático español. Su novela Con otros ojos fue finalista del Premio Minotauro en 2010. También fue finalista del Premio Andrómeda en 2008 con  su relato Piezas de museo. Ha publicado las novelas Magumba y Überrmenschen, y las guías divulgativas Diplomacia tomando un café y Los mundos que escribes. Sus historias suelen tratar dilemas morales basados en la aplicación de los derechos fundamentales, aspecto en el que es un destacado activista. 

Es aficionado a los juegos de estrategia, simulación y rol. Le gusta aprender idiomas extranjeros y siente predilección por Asia Oriental. Actualmente vive en Vigo con su mujer y sus dos hijas. También ha vivido en Barcelona, Texas y Mallorca. Es el ganador del XVI Premio Minotauro con su obra de ciencia ficción Más fría que la guerra.




Reseña:

Más fría que la guerra es la primera novela que he tenido el placer de leer de Fabián Plaza. Llegó a mis manos avalada por el Premio Minotauro pero no fue hasta su propuesta para el club de lectura en el que participo que me animé a leerla. Se  trata de una ucronía: esto es una novela en la que la historia tal y como lo conocemos ha cambiado reconstruyendo los hechos y por tanto, modificando la sociedad y el mundo en el que vivimos. Además introduce elementos totalmente fantásticos, por lo que, según su autor, si tuviésemos que etiquetarla, sería dentro de la fantasía urbana.

En un punto del pasado, durante la celebración de un famoso festival de música, se produjo una brecha interdimensional en la que se colaron seres indescriptibles a nuestra realidad (son una suerte de artrópodos pero que mezclan características de estos con la de algún insecto como las avispas, con unas cualidades que es mejor que el lector vaya descubriendo pero que bien podemos decir en este punto que son indestructibles). Estos seres, llamados "malosviajes" centrarán la acción de toda la novela, pero en mi opinión el autor los utiliza para vertebrar una serie de temas que quiere tocar, de los cuales hablaré más adelante.

Cabe destacar, que esta reseña está escrita tras asistir al club de lectura al que hacía mención antes y además está influenciada por lo que allí debatimos, pero además, por la participación de su autor, Fabián Plaza, que tuvo a bien asistir y desgranar todos los entresijos de la obra, respondiendo a las numerosas preguntas que teníamos. 

Más fría que la guerra deja muchos interrogantes en su camino. Tiene multitud de elementos relacionados con la magia que algunas personas pueden dominar (además hay distintos tipos en los que se manifiesta) y con los malosviajes, que quedan sin resolver pero que el autor tenía bien claros. No seré yo quien los revele, aunque nos los contase a quienes asistimos, pero puedo asegurar que aunque no se muestren de forma abierta al lector, la historia, las motivaciones de los malosviajes y en general cualquier aspecto que no se explica en la historia, tiene fundamentada perfectamente su base. Esto no quiere decir que sintamos que lo que nos cuenta se quede cojo en ningún momento, puesto que no es necesario conocer más allá de lo que Fabián nos narra, pero es totalmente cierto que tras acabar de leerla, seguramente tengamos la sensación de habernos quedado con las ganas de profundizar en ciertos aspectos de su mundo.

Y es que este mundo es especialmente atractivo por los cambios que el autor plantea, por las sociedades que nacen a partir de ellos y por los tipos de gobiernos que predominan en el planeta (que todos conocemos aunque aquí su preponderancia está revertida o incluso alguno ha continuado su evolución lejos de desaparecer, como en el caso de España). 

Fabián nos trae un libro de personajes, distintos, con unas personalidades muy fuertes y bien definidas. Personajes que parecen representar los dogmas que establecen los sistemas políticos de los países en los que residen pero que tienen una profundidad que va mucho más allá que la de ser meros arietes de estas formas de entender la organización social y gubernamental. Es, por tanto, este choque de realidades, de filosofías, de formas vivir y de entender el mundo lo que el autor quiere que protagonice su historia.

Los tres protagonistas del libro parecen clichés andantes en un comienzo, pero no es más que una idea inicial seguramente influenciada por nuestros prejuicios, que el autor se encarga de romper poco a poco. 

Miri, Mazur y Arturo son tres compañeros improbables cuyas relaciones, trasfondo y evolución se terminan por comer a la parte más mágica de toda esta historia. Tiene, para redondear esta parte que hablo de personajes, una villana que cada vez que hace acto de presencia, ya sea de forma indirecta o directa narrando los hechos desde sus propios ojos, atrapa al lector con sus actos y su forma de ver el mundo.

Por último, decir que aunque la novela tiene un inicio potente, tras ello me costó conectar con lo que contaba (seguramente por coincidir con una época de trabajo especialmente estresante en mi trabajo) pero que más adelante me enganchó de forma irremediable. Y es que Fabián sabe encontrar el ritmo adecuado para conjugar grandes dosis de acción que vayan elevando la atención del lector hasta su momento culmen, con otras en las que se suceden conversaciones divertidas o mientras nos hace avanzar en la realidad alternativa que nos narra. 

Más fría que la guerra cierra, y lo hace bien. No obstante deja con ganas de saber más. De conocer más de su mundo, de saber qué sucede con cierto personaje que queda en el aire pero que deja un buen sabor de boca con su final. Toca temas que no esperas que toque y que suponen casi un salto al vacío por parte del autor, pero que resuelve de forma muy satisfactoria finalmente. Es, sin ninguna duda, una obra original, que se sale de la norma de lo que solemos leer en las ucronías y que bien merece la pena que lo situéis en vuestra pila de próximas lecturas.


¡Me cago en la dictadura del proletariado! 

                            Arturo.



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