Los jardines de la Luna, de Steven Erikson (Malaz: El Libro de los Caídos I)

 

Sinopsis:

Tras guerras interminables y amargas luchas internas, el descontento se ha apoderado del Imperio de Malaz. Incluso las tropas imperiales, siempre ansiosas por derramar sangre, necesitan un respiro. Sin embargo, las pretensiones expansionistas de la emperatriz Laseen no tienen límites, más aún cuando son reforzadas por sus temibles agentes de la Garra..

El sargento Whiskeyjack y su escuadrón necesitan tiempo para llorar los muertos del último asedio, pero Darujhistan, la última de las Ciudades Libres de Genabackis, los espera; en ella ha puesto la emperatriz su mirada depredadora.

El Imperio no está solo en este juego. Las fuerzas siniestras conspiran dentro y fuera de las sendas mágicas y, entretanto, hasta los dioses se preparan para la batalla...

Ficha:

Título: Los jardines de la Luna.

Autor: Steven Erikson.

Editorial: Nova. 

Portada: Michael Komarck.

Traductor: Miguel Antón Rodríguez.

Corrector de estilo: Alexander Páez.

Galeradas: Antonio Torrubia.

Número de páginas: 774.

Sobre el autor:

Steven Erikson (Toronto, 1959),  arqueólogo y antropólogo, es una de las mayores voces de la fantasía épica contemporánea gracias a su decalogía Malaz: el Libro de los Caídos, una de las obras más ambiciosas y osadas que el género ha dado en las últimas décadas. 

Originalmente publicada entre 1999 y 2011, Malaz ha sido desde entonces definida como "una obra maestra indiscutible de la imaginación", capaz de labrarse un público fiel en las principales lenguas del mundo. Los jardines de la Luna, primer volumen de la saga, fue finalista del World Fantasy Award del año 2000. Todos los títulos de la serie están publicados por NOVA.

Reseña:

Hace algo más de un año (en el verano del 22), llegó a mis manos "Los jardines de la Luna", el primer tomo de la renombrada saga "Malaz: el Libro de los Caídos". Había escuchado y leído tantas recomendaciones, la cantidad de personas que me habían empujado a leerlo era tan elevada, que no me quedó otra que adquirir el inicio de una decalogía de libros que suelen superar las 1000 páginas de forma holgada, con el vértigo que da "meterse" en algo de esa magnitud. Aquí comienza el viaje.

Malaz es, para muchos, una de las mejores sagas de fantasía jamás escritas. Palabras mayores  cuando tenemos auténticos colosos del género con una calidad incontestable. Pero también son muchos los que advierten sobre la dificultad que entraña su lectura y de forma muy especial, lo poco amigable que es con el lector "Los jardines de la Luna". Es este último argumento el que ha hecho que dilate tanto tiempo su lectura, por lo que parte de esta reseña pretendo que vaya orientada a desmitificar este último punto.

Estamos ante un libro que introduce al lector en mitad de la acción. Una novela que no trata de forma condescendiente a quien se adentra en sus páginas y que no cae en un exceso de explicaciones al que muchas veces estamos acostumbrados en multitud de títulos para situarnos en el mundo en cuestión. Esto, no cabe duda, no facilita la entrada. Ahora bien, no lo considero un defecto como he leído a bastantes personas. Creo que es una opción narrativa muy atractiva si se hace bien y, en mi opinión, Erikson logra hacerlo.

Que el lector se sienta perdido en un inicio puede desconcertar a algunos, pero a medida que avanzamos en el libro, se convierte en una virtud al comprobar de qué modo se van desentrañando algunas cosas que se nos ocultan al inicio. Parte de la magia de "Los jardines de la Luna" está en descubrir poco a poco su mundo, a sus personajes y las reglas que lo rigen.

La cantidad de personajes que van apareciendo a lo largo de sus casi 800 páginas es verdaderamente notable. Además, el que se nos muestre la acción mediante la perspectiva de muchos de ellos, puede llegar a desconcertar de entrada. No obstante, este estilo narrativo dota de un dinamismo a la obra, que lejos de convertirse en un obstáculo, ha supuesto en mi caso una enorme virtud. Es una auténtica pasada ver cómo en una misma situación, como puede ser por ejemplo una persecución, podemos vivirla desde la perspectiva de perseguidor y perseguido ofreciendo matices distintos y la sensación de estar leyendo algo con un estilo narrativo muy visual. 

Este primer tomo nos muestra un mundo descarnado, violento, capaz de ponernos delante situaciones de una epicidad descomuinal y bajo el prisma de unos personajes con una fuerza tremenda. Camaradería, venganza, ambición, conquista, supervivencia, ansia de poder, misticismo y la sensación de que cualquiera puede tener un lado oculto que se nos escape. Todo ello se da la mano para conformar una obra única por la que es muy difícil sentir indiferencia. 

En ocasiones leemos novelas con una extensión similar a esta que nos dejan extenuados o incluso a veces consideramos que se podría haber recortado de aquí y de allá y no habría pasado nada. En mi caso, he disfrutado de cada una de las páginas de "Los jardines de la Luna" y me ha dejado con ganas de más. La percepción de haber rascado una pequeña parte de su mundo es innegable. La sensación de estar empezando algo que tiene una dimensión tremenda, no me abandona. 

No me he centrado prácticamente en el argumento porque considero que no es necesario. Ahí está la sinopsis. Si quieres adentrarte en la decalogía de Erikson, conviene saber las características de su obra y sobre todo, no dejarte apabullar por opiniones que lo sitúan como algo que no está al alcance de cualquiera. Nada más lejos de la realidad. Si bien me ha resultado de gran ayuda llevar un archivo en el móvil con anotaciones sobre los personajes que iban apareciendo (y lo he agradecido en más de una ocasión), considero que es un libro que cualquier aficionado a la alta fantasía o a la fantasía épica no debería perderse y que recompensa con creces ese esfuerzo extra que nos exige con respecto a la generalidad de lecturas que solemos encontrarnos. 

Malaz tiene aquí un nuevo fan.

Consejera, durante las últimas siete horas he estado cubierto de sangre y vísceras hasta las rodillas. He forcejeado con gaviotas y cuervos para recuperar los cadáveres, porque ¿sabe a qué se dedican esas aves? Me refiero a qué hacen en este preciso lugar. Hacen jirones la carne y se pelean entre ellas; engordan picoteando los ojos y las lenguas de los muertos, los hígados, los corazones. Ávidas, arrojan la carne en todas direcciones... 

                            Paran.